martes, 2 de enero de 2018

LA EVALUACIÓN ..Un cambio necesario e ineludible

Uno de las tantas oportunidades de mejora que tiene nuestro sistema educativos se vincula con la evaluación. Tantas veces cuestionable, tantas veces aludidas y tantas veces evitable en actualizaciones, capacitaciones o eventos de formación en servicio.

Los docentes sea de manera consciente o no asumen modelos que se parecen bastante a la imagen, cayendo o en memorismo, activismo dentro de un mundo homogéneo e ideal.



A continuación una mirada crítica al proceso evaluativo que ocurre en nuestro sistema

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En primer lugar

Si creyera en una educación donde prevalezca la homogeneidad y donde lo único importante son los contenidos, me parecería bien esa idea.
Si tuviera una visión de la evaluación como simple calificación y como algo que ocurre en un momento puntual, también me parecería bien.
Si pensara que los exámenes son un buen instrumento de evaluación, también podrían gustarme propuestas de este tipo la propuesta.
Pero,
Como resulta que creo que la educación debe ser inclusiva, debe atender a la diversidad y debe intentar personalizar al máximo posible el aprendizaje del alumnado, pues no me gusta para nada la idea.
Como también resulta que pienso que los exámenes no son el instrumento de evaluación más apropiado para valorar el aprendizaje del alumnado, pues no me parece nada bien.
Como pienso que la evaluación es un proceso y no un momento, es un camino y no sólo la meta, pues tampoco me gusta la propuesta, sino todo lo contrario, me parece una auténtica aberración educativa.

2

En segundo lugar

Me gustaría leer lo que piensan algunos de los alumnos con los que comparto el día a día del aula sobre la evaluación y el aprendizaje:
En la educación de ahora no te enseñan a aprender, solo te enseñan a memorizar y a soltarlo todo en un examen… la gente está más preocupada por aprobar un examen que por aprender algo, hay falta de curiosidad en los jóvenes.
Lo que no me gusta de la educación de ahora es que no aprendemos ni entendemos, solo se estudia para aprobar, no para aprender.
Una educación que no te prepara para lo que la sociedad y tu futuro necesita realmente, una educación que te obliga a estudiar lo que los altos cargos políticos creen lo mejor no lo que tu ves mejor para tu preparación y tu futuro, y por último una educación mecanizada en el que el profesor habla y los alumnos aprenden como si de loros se tratasen.
Que es todo mecánico y memorizado, no nos enseñan a razonar, simplemente quieren que hagamos como máquinas lo mismo que vemos en clase y eso en un futuro nos va a perjudicar porque hoy en día se estudia algo de memoria y a los dos días se olvida y eso no es aprender.
Nos limitamos a memorizar y captar información para después vomitarla en un examen y que dicho examen determine tu futuro. En pleno siglo XXI el gobierno debería de poner una ley de educación digna a los tiempos que corren. La tecnología avanza, las mentalidades avanzan, pero la educación no, algo estamos haciendo mal.
No debería haber la necesidad de hacer exámenes debido a que creo que los exámenes muestran lo que ha memorizado el alumno en los últimos días no lo que sabe realmente.

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En tercer lugar

Afirmar que demuestra una lamentable negación de la realidad e incluso de la legalidad ya que propuestas de este tipo fomentan el aprendizaje y la enseñanza memorística basada en contenidos inagotables, desprecia la formación integral que haga competente al alumnado, refuerza el carácter simplemente calificatorio de la evaluación y niega la evidencia más clara de nuestras aulas: la diversidad de ritmos de aprendizaje y de capacidades de nuestro alumnado.




Los secretos de FINLANDIA

Sin duda alguna cuando se habla de sistemas educativos exitosos, nuestra mirada se ubica en Finlandia y no es para menos, políticos y politólogos hacen referencia cuando se atreven a dar soluciones a resultados negativos sustentando sus argumentos en comparaciones con dicho país. Lo cierto es que este país tuvo que tomar decisiones claves para estar en el lugar envidiable.


DIEZ PILARES DEL ÉXITO EDUCATIVO EN FINLANDIA:

  1. 1. Los docentes son profesionales valorados. La educación es una profesión con prestigio y los profesores tienen gran autoridad en la escuela y en la sociedad. El equivalente a Magisterio en Finlandia es una titulación complicada, exigente y larga, que además incluye entrevistas personales, por lo que los maestros son profesionales muy bien preparados y vocacionales.  
  2. 2. La educación es gratuita y, por lo tanto, accesible a todos. El sistema educativo público establece que la educación es obligatoria y gratuita entre los 7 y los 16 años y debe ser impartida por centros públicos. Tampoco se paga por los libros ni por el material escolar, y todos los niños reciben una comida caliente al día en el colegio, también gratuita. En el caso de que el niño viva a más de 5 kilómetros del centro escolar, el municipio debe organizar y pagar el transporte.
  3. 3. El reparto del dinero público se hace de forma equitativa. Los fondos estatales se reparten de forma justa entre los centros. Hay una base de subvención común para todos pero la cifra final varía atendiendo a las necesidades de cada uno, de manera que se compense a aquellos con más carencias para equipararlos al resto. La igualdad de oportunidades es un valor esencial.
  4. 4. El currículo es común pero los centros se organizan. Cada escuela y sus profesores diseñan y organizan el currículo (aunque tiene unas líneas generales y un marco común para todos) y se planifican para conseguir los logros establecidos como mejor consideren.
  5. 5. La educación se personaliza. Desde los primeros cursos se interviene para apoyar a los alumnos con necesidades especiales, con lo que se evita que sus dificultades aumenten con los años y se minimizan los porcentajes de fracaso escolar. Se respeta el ritmo de aprendizaje de cada niño y se huye de las pruebas y actividades estandarizadas. Además, los profesores suelen ocuparse del mismo grupo desde 1.º (7 años) hasta 6.º (12 años), lo que ayuda a que los conozcan mucho mejor.
  6. 6. Los alumnos tienen tiempo para todo. La educación se toma en serio pero también se da importancia al juego y al descanso. Los niños no comienzan el colegio hasta los 7 años, momento en el que se les considera maduros para aprender. Además, las jornadas lectivas son más cortas. Los estudiantes de Primaria tienen solo 3 o 4 clases al día, con descansos de 15 minutos entre cada una de ellas a los que se suma el descanso para comer. Apenas hay deberes, el trabajo se hace en clase, no en casa.
  7. 7. Preparar la clase es parte de la jornada laboral. Los profesores no imparten tantas horas de clase como en otros países, sino que el tiempo que pasan en el aula es más reducido y destinan las horas restantes a preparar sus lecciones, investigar, organizarse o trabajar de forma colaborativa con otros docentes.
  8. 8. Se evita la competencia y las cifras. Los estudiantes no hacen exámenes ni reciben calificaciones hasta 5.º curso (11 años) y los informes que el profesor elabora para los padres son descriptivos, no numéricos.
  9. 9. Se premia la curiosidad y la participación. La imaginación y la capacidad de emprendimiento son muy apreciadas en la sociedad finlandesa, abundan los profesionales de campos artísticos y creativos y también los de tecnología e ingeniería. Esto también se fomenta en la educación, donde se valora la creatividad, la experimentación y la colaboración por encima de la memorización y las lecciones magistrales.
  10. 10. Los padres se implican. La sociedad y las familias consideran que la educación es fundamental y la complementan con actividades culturales. A esto contribuyen las ayudas que reciben los padres para la conciliación de la vida laboral y familiar, para que dispongan de más tiempo con sus hijos